“El corazón tiene razones que la razón desconoce”, dice la famosa frase de Blaise Pascal, matemático, filósofo y escritor francés que vivió en el siglo XVII. Esta es una buena manera de comenzar a contar la historia de Emiliano Benavente (izquierda en la foto), uno de los jugadores más queridos del equipo de rugby de Obras.
Tiene 24 años y llegó al club en 2008. Sus amigos del secundario del colegio Otto Krause lo invitaron a jugar y a partir de ahí nació su amor por el rugby. Y por el aurinegro. “Arranqué a jugar con 17 años, y me decidí porque conocía a varios de los chicos. Había entre 10 y 15 de mi escuela y me sentí como en casa desde un principio. Hice los dos años de menores de 19 y después subí al Plantel Superior, en el que estoy desde 2010. Nunca jugué en otro club que no sea Obras”, cuenta Benavente.
A pesar de no tener raíces en Obras, Emiliano reconoce que “me hicieron sentir los colores. Amo entrar a la cancha con esta camiseta. En estos últimos años, mi vida es amarilla y negra”.
Esa buena recepción la devolvió siendo un ejemplo de valores dentro y fuera de la cancha. Eso le permitió ser el ganador del tradicional premio CAP por tres años consecutivos, reconociendo su caballerosidad, solidaridad y su rol de referente e inspirador del equipo brindándole cohesión, energía y motivación. Es ese jugador que brinda seguridad, que juega con valentía y tiene un elevado sentido de honor.
“Adentro de la cancha es un toro, y afuera es una muy buena persona y gran compañero. Es muy humilde, responsable y comprometido con la causa. Se merece haber ganado tantas veces el premio CAP. Dentro de poco le van a tener que poner su nombre”, lo describe Julián Maidana, amigo y uno de sus compañeros en el equipo.
-¿Qué significa el rugby para vos?
-Hoy en día el rugby es lo que más me gusta hacer. Entrenar y jugar es lo que me divierte. Y también este año empecé a darle una mano a las juveniles colaborando con los menores de 15 años. Estoy muy contento de estar con los chicos, te transmiten mucha alegría y te dan muchas ganas de ayudarlos.
-¿Y haber ganado el premio CAP tres años seguidos?
-El tema del CAP es una alegría inmensa porque es el premio al sacrificio, compromiso y humildad del trabajo de todos los días que uno hace por placer. Que lo vean y lo premien es muy lindo.
-¿Tenés algún ídolo o referente?
-Mariano “Coquito” Carava y Federico Badino, ídolo y referente del equipo respectivamente. Por suerte pude disfrutar de estar en la cancha con ambos y aprender mucho de ellos.
-¿Alguna anécdota que se pueda contar?
-La verdad que hay muchas. Las más lindas son las de las giras, que en todas las reuniones o charlas se cuentan. Con eso nos reímos una y otra vez.
-Si tuvieras que elegir un momento de tu historia con la camiseta de Obras, ¿cuál sería?
-Mi primer año en menores de 19, y después el 2012, cuando logramos el ascenso a Grupo 3. Jugar la final en La Plata fue algo muy lindo.
-¿Con qué soñás dentro de este deporte y en tu vida en general?
-En lo deportivo me gustaría llevar a lo más alto posible al club. Pelear un ascenso a Grupo 2 sería lo primero. Y en mi vida quiero seguir ayudando al club en lo que pueda. Quiero trabajar, compartir momentos con amigos, viajar y después hacer las cosas que me gusten y me alegren.
Todo esto (y mucho más) significa Emiliano Benavente para Obras.