La alegría es grande y la ilusión gigante. Así están las sensaciones de Marcelo Mustacciolo, revoloteando por todos lados con este gran presente del equipo de natación en la Liga Estudiantil, una competencia sin igual a nivel escolar en el ámbito nacional. Es que los chicos aurinegros, todos ellos surgidos del Instituto Obras, ocupan el tercer lugar en la tabla general con 384 puntos, detrás del Colegio Nacional Buenos Aires y de la ORT Belgrano. Estas dos prestigiosas instituciones, al igual que el Manuel Belgrano, son las organizadoras principales y de ellas dependerá si restan una o dos fechas para el final del torneo.
Mientras espera, Mustacciolo hace un alto en su trabajo y habla sobre este momento. “La idea es mantenernos en el podio. Es algo fantástico lo que logramos y no quiero perderlo. Estoy estimulando a los chicos a que vengan”, comenta.
-¿Cómo analizás este momento?
-Es que tercer año, cuarto y quinto están participando mucho más fuerte y con más ganas. Eso es lo que nos permitió sacar más cantidad de puntos y estar en el tercer puesto. El primer año que participamos fuimos sextos, el segundo estuvimos dos veces quintos, el año pasado quedamos cuartos y ahora tenemos un lugar parcial en el podio. La natación es un trabajo gradual. Los progresos se están notando a través de las cuatro temporadas. Este año le di mucha más fuerza al tema colegio. Tuve la autorización para tomar chicos capacitados en natación, lo que me ayudó mucho a levantar los niveles de rendimiento y competir con más chicos.
-¿Cuál es el contexto?
-En lo que tiene que ver con natación escolar, no hay ningún torneo en el país que se parezca a esta Liga Estudiantil. Todos los colegios que participan tienen pileta y, sobre todo, una tradición en este deporte que viene de hace muchos años. Por todo eso nos damos cuenta que estamos muy bien ubicados, en un lugar de privilegio. Obras, con una limitación de chicos y una sola pileta, se metió entre los mejores. Además, al mismo tiempo que estamos trabajando vienen socios a nadar, así que no es exclusivo. Todo el esfuerzo que hacemos provoca que la felicidad sea doble.
-La alegría se te nota en la cara.
-Sí, estoy muy contento. Esto me gusta, lo hago más por el placer que por el dinero. Al mismo tiempo, los demás profes se pusieron la mochila al hombro y fueron para adelante conmigo. Ellos son Nicolás Bruzzoni, Cecilia Ruiz y Sabrina González. Están viniendo un montón y cumpliendo con lo planificado. Se nota un cambio, todo es progresivo.
-¿Imaginabas esta situación?
-No, porque nosotros contamos con apenas una división por año del Instituto. Los demás colegios tienen, como mínimo, cinco divisiones en primer año por ejemplo. Vélez es uno de ellos. Y la ORT Belgrano y el Nacional Buenos Aires son los que más tienen. Ahí llegan a ser 17 las divisiones por curso. Tienen un montón de suplentes y la posibilidad de llevar siempre el grupo completo. A mí, si me falta alguno, no completo la lista. Pero como los chicos se dieron cuenta de que los logros se obtienen con trabajo, nadie quiere faltar o, si faltan, son los menos. Yo ya cumplí la función de estimular a los buenos para que vengan y subir el nivel de los que estaban más abajo para que también integren esa categoría avanzada. Este último grupo fue el que levantó el nivel del colegio y quiere participar siempre. Hay un alumno de séptimo grado, Maximiliano Esoukourian, que teniendo dos años menos que los chicos que compiten terminó ganando igual. El suyo es un ejemplo para que te des una idea del nivel que tienen algunos. Estoy más que orgulloso del trabajo que se está haciendo, siempre con el apoyo de los directivos del Instituto y el club. Hay que seguir por este rumbo. Es mucho trabajo pero me gusta. El cansancio se nota después, cuando llego a casa (se ríe).