Generalmente, el público se queda con lo que se ve. Está claro que la competencia es lo más atractivo, pero también está bueno tener acceso al trabajo diario. Porque para que todo vaya bien a la hora de la verdad se necesita de un gran esfuerzo de deportistas y entrenadores. En Obras se trabaja y mucho.
¿Cómo se dividen los grupos de entrenamiento? ¿Cuáles son los pasos a seguir cada día en el natatorio? ¿Qué diferencias existen con respecto a este tema entre los distintos estilos de natación? Marcelo Mustacciolo, entrenador del equipo aurinegro, brinda una guía básica para entender un poco más.
“Más allá de las especificaciones para cada categoría, en natación existe un entrenamiento principal. El mismo consta de un macrociclo, que es cada cuatro años. Esa evaluación se divide por año calendario según los campeonatos de la República, que se hacen en el verano. Todos los nadarores tienen que entrenar una distancia determinada por mes, por semana, por semestre y por año para llegar bien clasificado al República. Mi objetivo principal es ubicar entre los mejores en ese campeonato a todos los que tengo”, dice Mustacciolo mientras les da indicaciones a algunos de los chicos que tiene a cargo.
“Actualmente estamos con un equipo muy bueno, pero de juveniles, cadetes y menores, que ronda entre los 15 y 18 años. Ellos tienen muy buen potencial y se los entrena distinto a los infantiles, menores y mayores. El primer grupo de nadadores tiene un turno de entrenamiento de tres horas de lunes a sábado. Como mínimo nadan siete mil metros, y como máximo nueve mil a diez mil metros. Eso es por la cantidad de tiempo que llegamos a tener. Estamos entrenando en una pileta de tres andariveles y de 25 metros. Los andariveles no son muy anchos. Debería haber dos metros y medio de distancia entre ellos, pero casi llegan a dos. Con la cantidad de chicos que hay se dificulta el entrenamiento, pero igual se puede trabajar. El grupo más avanzado, integrado por los finalistas nacionales y de clasificación nacional, entrenan todos juntos, en el mismo horario. El resultado que se obtiene es bastante bueno entrenando así todos los días”, explica el entrenador, quien también hace un gran trabajo para llegar de la mejor manera a la Liga Estudiantil.
Mustacciolo se mete de lleno en lo específico. “El entrenamiento consta de tres partes: una entrada en calor, una base principal de entrenamiento, donde se hace resistencia, velocidad o técnica, dependiendo del día, y una vuelta a la calma, que es un ablande o un afloje. Por supuesto que previamente a todo esto de hace un trabajo de estiramiento y flexibilidad, y cuando terminan el trabajo hacen lo mismo, pero ya en la ducha y más relajados”, cuenta.
Y agrega: “Los que están en las finales nacionales hacen un trabajo diferenciado en gimnasio, con una hora de preparación física durante tres días a la semana. Todos con bajada de línea mía sobre qué músculos se pueden trabajar y cuáles no, con el objetivo de evitar lesiones. Todos saben que en natación la principal causa de lesión es en el hombro, debido a la cantidad excesiva de rotaciones que tiene. Los pechistas, como Bruno Cohan y Matthew Foy, tienen otro trabajo específico para las piernas. Tienen un desarrollo muscular mayor con respecto al otro grupo que no hace esta actividad. Espalda, crol y mariposa trabajan más o menos los mismos músculos y tienen que desarrollarlo en el gimnasio con otros ejercicios”.
Para cerrar, Marcelo destaca que “el entrenamiento para un nadador velocista (100 y 200 metros), como Macarena Carrizo, es distinto a uno de medio fondo y de fondo (800 y 1500). Estamos preparando actualmente una nadadora infantil y un nadador menor, que son surgidos del colegio de Obras y que están por competir esas distancias. Los estoy entrenando de chiquitos porque nunca tuve la cantidad de horas necesaria con ellos y ahora se me dio. Poder preparar chicos para nadar esa cantidad de metros es muy bueno”.
