En la presentación se lo nota tímido pero agradecido, aunque también guardando imágenes inolvidables en su mente. De los aplausos de las 2200 personas que colmaron el Estadio Ernesto Báncora del Club Atlético 9 de Julio, en la provincia de Buenos Aires, se desprenden altas dosis de honor y gratitud. Es que se trata nada más y nada menos que de la vuelta de uno de los hijos pródigos de la ciudad. Ellos nunca se olvidaron de él, y él tampoco de ellos. Rápidamente, la emoción de unos y otros se mezcla y se transforma en una sola, en el mismo sentimiento. Juan Pedro Gutiérrez, “Pipa” para todo el ambiente del básquetbol pero “Oso” para los que lo conocen de verdad, se deja llevar y disfruta del regreso al club de su infancia y adolescencia, al lugar donde todo comenzó. Todo esto se dio gracias a la campaña “Raíces” y al programa “Obras es Buenos Aires”.
Tuvieron que pasar 15 años y muchos éxitos en su carrera para estrenarse como profesional en su querido 9 de Julio, el club que recibió este amistoso de pretemporada que Obras Basket le ganó a Boca por 80-74 para inaugurar el piso flotante que tanto sudor le costó instalar. La inversión fue de 680 mil pesos, que se recaudaron con la venta de los metros cuadrados y el aporte del Ministerio de Desarrollo Social. Atrás quedó la época de la cancha de baldosa, donde Juan empezó a picar la pelota desde bien chiquito y que lo tuvo hasta los 16 años, cuando aceptó la propuesta de Guillermo Vecchio para jugar en Obras.
Cada uno de sus 15 puntos en el juego se festeja con intensidad y de manera especial. Él, mientras tanto, regala destellos de su talento y hace vibrar a su gente. Allí, en el medio de la tribuna, Alicia, su mamá, Emilio, su papá, y Ana, su hermana mayor (la otra es Elena), miran orgullosos. Guardan entre sus mejores recuerdos algo inédito.
Al fin y al cabo, el resultado del juego termina siendo anecdótico. Después del encuentro, una marea de chicos y grandes va en busca de una foto, un autógrafo o un saludo. Pipa se brinda cien por ciento durante más de media hora y les regala un buen momento a todos. Aunque él se canse de repetir que no le gusta ser el centro de atención, en su Nueve de Julio natal parece ser una estrella de rock. Lo aman.
“Este partido tenía componentes especiales. El hecho de que Juan Gutiérrez venga aquí con su equipo, después de la trayectoria que ha tenido, creo que le daba un sentimiento especial. Fue una experiencia muy interesante. En España es muy habitual que la mayoría de los partidos de pretemporada se disputen en ciudades del entorno de donde tu estás para promover el deporte y permitirle a mucha gente que habitualmente ve este tipo de partidos por la tele tener cerca a los jugadores y poder compartir este espectáculo. El recibimiento que nos ha dado Nueve de Julio ha sido fantástico”, comentó el entrenador español Trifón Poch.
Para la ciudad este fue “el acontecimiento deportivo más importante de los últimos años”. Así se presentó el evento y así lo vivieron. En alguna de las paredes de ese club quedará colgada la camiseta de Obras enmarcada que Pipa regaló con su dedicatoria para que la huella sea aún más imborrable. Y él también recibió sus plaquetas y reconocimientos antes del juego, esos recuerdos tangibles que seguramente irán a parar al museo que mamá Alicia armó en la habitación de su hijo.
Fue una jornada muy intensa para Pipa, ya que también recorrió su casa, la escuela donde estudió y, por supuesto, el club de sus amores. Un material especial que próximamente estará disponible en todas las plataformas de comunicación de Obras Basket.
Un merecido homenaje para Juan Gutiérrez, quien después de 15 años volvió a recibir el calor y el cariño de su gente dentro de una cancha de básquetbol.
Ellos también vivieron un gran momento
Hubo otro Pipa que también le reservará a este partido un lugar de privilegio entre sus mejores recuerdos. El esfuerzo de cada día llevó a Agustín Diz Ríos, jugador de los juveniles B y de la Primera de Capital, a ganarse un lugar dentro del plantel para este amistoso y debutar en el equipo de Liga. Diz Ríos no solo es jugador, sino que también es uno de los entrenadores del Minibásquet aurinegro. Sin dudas, un premio a la constancia.
“Estoy muy contento, esto es algo que uno espera siempre, más en el club donde estoy hace seis años. Siempre uno los mira entrenar o copia a los jugadores de Liga, y ahora tener contacto con ellos desde adentro está bárbaro. Me dan la posibilidad de jugar y me hacen sentir como uno más. Estaba ansioso por entrar. Los chicos me hacen sentir muy cómodo, así que nervios no tenía”, comentó.
A la vez, Federico Corbalán, uno de los juveniles A, saltó de su silla ante el llamado de Trifón Poch para ingresar faltando poco más de un minuto y medio para el final, cuando el resultado aún estaba abierto, y no le tembló el pulso a la hora de tomar responsabilidades. Fue él mismo quien sentenció el partido con un brillante triple en 45 grados y redondeó un debut muy bueno.
“Entré medio frío. Al principio estaba medio tímido, pero cuando me llegó la primera pelota no dudé en tirarla y por suerte entró. Estaba ansioso por entrar y cumplir las expectativas que tenía. Quería animarme y lo logré. Trifón y los compañeros me felicitaron”, dijo.
SÍNTESIS DE PARTIDO
OBRAS BASKET (80): P. Barral 9, T. Zanzottera 16, L. Wade 5, I. Basualdo (x) 14 y J. Gutiérrez 15 (fi); P. Tabarez (x) 3, J.P. Lugrín 2, A. Diz Ríos 0, M. Marziali 8, F. Zurbriggen 5 y F. Corbalán 3. Entrenador: Julián Pagura.
BOCA (74): J. Treise 7, A. Boccia 17, L. Gargallo 2, A. Weigand 16 y K. Hernández (x) 7 (fi); N. Ferreyra 7, F. Ramírez Barrios 12, A. Rodríguez 0, F. Vallejos 6 y S. Boudet 0. Entrenador: Julián Pagura.
PROGRESIÓN: 14-10/34-38/57-53/80-74.
ÁRBITROS: Sergio López y Raul Sánchez.
ESTADIO: Ernesto Báncora – Club Atlético 9 de Julio.
FOTOGRAFÍA: Gentileza Sofía Vanni – Click Art