En sus primeras semanas como nuevo presidente de la Federación Metropolitana de Ajedrez, Alejandro Sass, coordinador del ajedrez de Obras, compartió sus primeras sensaciones con respecto a su elección, habló de los pilares en los que se basa este nuevo proyecto y agradeció a la gestión saliente, a cargo de Francisco Palmieri.
-¿Cuáles son tus primeras sensaciones luego de haber sido electo presidente?
-Estoy emocionado porque cumplí un sueño. Es un honor ser el presidente de la Federación más importante, porque nuclea el 60 por ciento de los jugadores a nivel nacional. Está compuesta por campeones del mundo en todos los niveles, desde infantiles hasta juveniles. Eso es de un alto grado de importancia. Hemos tenido grandes maestros como Oscar Panno, Miguel Najdorf, Roberto Grau, entre otros. A pesar de no haber contado con todos los medios necesarios para el ajedrez, el crecimiento ha sido superior con respecto a otros lugares del mundo donde el Estado aporta permanentemente.
-¿Cuáles fueron los primeros pasos a seguir?
-Ahora estamos tratando de hacer el traspaso de presidencias ordenadamente. Simplemente son formalidades, será una continuidad a nivel administrativo. Tengo una plataforma de 20 puntos para trabajar y que espero poder concretar a lo largo de mi mandato. Obviamente necesito la colaboración de los clubes que integran la Federación Metropolitana.
-¿En qué principales pilares se basará tu gestión?
-Necesitamos acercar y asociar más clubes, ya sea especializados en ajedrez o polideportivos, como el caso de River, Obras, Boca y Ferro, para que integren la Federación. Actualmente tenemos 16 clubes. Mi idea es que alcancemos un mínimo de 40 o 50. Eso va a ser vital para el relanzamiento de la Federación. Otro de los pilares es llamar a hacer la reforma del estatuto. ¿Por qué? Porque, como todo, hay que adecuarse a los momentos históricos que van viviendo los países. Tenemos que replantear cuál es la función y cómo vamos a ir hacia adelante con el ajedrez. La tecnología ha avanzado no solo en el trabajo de gestión, sino también en las comunicaciones entre las personas. Esto también salpica al ajedrez, porque hoy una persona se queda en su casa y puede jugar por Internet. Así se pierde la hermosa posibilidad de estar frente al rival, mirarlo y tratar de ganar sobre el tablero. Cuando vos estás sentado tenés esos nervios tan característicos. Eso se ha ido perdiendo un poco. Puede ser que la remotivación sea una de las cosas que tenemos que generar, pero eso debe ser presentado a partir de un trabajo en equipo interdisciplinario. Eso no tiene que ver solo con los dirigentes, sino también con los entrenadores, jugadores y actores del desarrollo social del ajedrez. Tenemos que atacar esas problemáticas para que la esencia del ajedrez no se pierda. Por otro lado, hay que generar la relación entre los clubes y el sentido que le pueden aportar las empresas. Nosotros tenemos dos eventos que son responsabilidad social empresarial e institucional. Entonces, así como uno ve que esta plaza la cuida tal empresa, tenemos que generar que determinado club sea cuidado por aquella empresa. Hay que ir a las grandes empresas y generar socios adherentes protectores. Sería un aporte pero con nombre propio. Obras AySA es un caso representativo. La empresa apoya el ajedrez para ir avanzando en muchas líneas. Ese es otro de los grandes proyectos, por eso tenemos que hacer una reforma estatutaria. Y el otro pilar es fortalecer los trabajos en los niveles de infantiles y juveniles, sobre todo en infantiles. Nos hemos encontrado en una situación en la que normalmente tenemos muchos chicos en infantiles pero en juveniles empiezan a abandonar, ya que diversos estímulos externos empiezan a hacerse notar y hacen que los chicos, con otros intereses, vayan dejando la actividad. Justamente estamos con un plan que hemos desarrollado a través de Obras junto a Mario (el profesor Tejera) y Fabián Borro, a quienes agradezco mucho, que tiene que ver con las escuelas de alto rendimiento para infantiles llevadas a cabo por grandes maestros. Si fortalecemos este proyecto y de cada 100 chicos podemos sacar cinco o 10, calculamos que de ese número vamos a poder mantener entre tres y cinco para juveniles. No es solamente el refuerzo para tener jugadores. Hay algo que es muy importante. En el mundo hay grandes potencias que tienen millones de personas que juegan, como es el caso de China. Pero siempre se olvidan de algo: solamente uno es el campeón. Individual o por equipos, uno solo es el campeón. En Argentina, lo que necesitamos es sacar un campeón. Por eso, otro de los sueños que tengo es armar la escuela latinoamericana de desarrollo de ajedrez de alto rendimiento. De esa manera podremos ir como una unidad, como un bloque, que Sudamérica esté presente permanentemente en todos los Mundiales y Olimpiadas. Queremos incorporar a nuestros colegas de Sudamérica a estas posibilidades.
-¿Qué podés decir de la gestión saliente de la Federación, con Francisco Palmieri a la cabeza?
-Tengo un agradecimiento muy grande para el compañero y amigo Francisco Palmieri, así como también a la anterior gestión de Juan Pablo Seminara. A ellos les tocó vivir la etapa más nefasta del ajedrez argentino. Esa etapa consideramos que fue la era de la oscuridad y de la dictadura en la Federación Argentina de Ajedrez. Debido a sus gestiones y a que se le inició juicio a la FADA por diversas cuestiones, ellos lamentablemente estuvieron muy abocados a lo dirigencial más que a la actividad deportiva, por lo que los clubes que acompañaban tratamos de hacer los torneos a nivel metropolitano. Ese es otro de los objetivos, relanzar los torneos históricos que ha tenido la Federación Metropolitana, como el Campeonato Metropolitano por equipos. Ese torneo es fundamental en la historia del ajedrez argentino. En esos equipos jugaban los mejores de todo el país. La competencia se nutría de una calidad increíble. Cuando yo era chico, viajaba de San Isidro al centro solamente para verlos jugar. Era lo mismo que lo que un chico siente hoy viendo a su ídolo en otro deporte. Pero bueno, por último quiero decir que espero ser digno de este cargo.
