Después de once intensas jornadas, la 42ª Olimpíada de ajedrez que se llevó a cabo en el estadio Crystal Hall en Bakú llegó a su fin; la principal competencia por equipos, una especie de Mundial de seleccionados que organiza de manera bianual la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según sus siglas francesas) tuvo por vencedor a Estados Unidos, un conjunto integrado por Fabiano Caruana (N°3 del mundo), Hikaru Nakamura (N°6), Wesley So (N°7), Samuel Shankland (N°57) y Ray Robson (N°66), que totalizó 20 puntos sobre 22 posibles, con 9 victorias y dos empates (República Checa y Rusia). De esta manera, Estados Unidos después de 79 años (Estocolmo 1937) vuelve a ganar una olimpíada de ajedrez. En 1976, en Haifa, también los norteamericanos habían logrado la medalla dorada, pero en ese juego hubo un boicot de los países comunistas para no participar en Israel y sólo la jugaron la mitad de los inscriptos.
El festejo de ayer de la delegación norteamericana llevó más de dos años de preparación y trabajo; se contrató a Garry Kasparov para que fuera el guía de esta expedición, se sumó al multimillonario Rex Sinquefeld para que aportara el dinero necesario para conseguir el cambio de federaciones de dos de los mejores jugadores del ranking: el italiano Fabiano Caruana y el filipino Wesley So. Al fin después de casi nueve meses los jugadores, soltaron el festejo por la conquista del 1er puesto después de tantos años.
“Ojalá el valor de esta medalla de oro sirva para que la repercusión del ajedrez en Estados Unidos vuelva a ser como en los tiempos de Bobby Fischer”, reflexionó John Donaldson, el capitán del equipo norteamericano durante la conferencia de prensa que manejó Susan Polgar.
El ganador compartió la cima con Ucrania (Pavel Eljanov, Ruslan Ponomariov, Yuri Kryvoruchko, Anton Korobov y Andre Volokitin), también con 20, y seguido por Rusia (Sergey Karjakin, Vladimir Kramnik, Evgeny Tomashevsky, Ian Nepomniachtchi, Alexander Grischuk), con 18.
El seleccionado argentino, que si bien logró ganar sus dos últimas presentaciones, ayer superó a Islandia por 2,5 a 1,5, gran mérito de ello se debió al cierre del marcador de parte del joven representante de Obras, el zarateño Federico Pérez Ponsa, que en una partida plagada de sacrificios, entregó todo su material menos la dama con la que consiguió dar perpetuo a su rival y sellar la igualdad y con ella, dar el medio punto al equipo para salir airoso del duelo con el país escandinavo. El triunfo ante Islandia se gestó con la victoria de Sandro Mareco, y los empates de Fernando Peralta, Federico Pérez Ponsa y Alan Pichot. De esta manera, la Argentina finalizó 32°, con 14 puntos entre 180 naciones.
Si se compara la actuación con la calidad y fuerza de los rivales se podría decir que se disputó una olimpíada correcta, con 6 victorias, dos empates (con Israel y Filipinas) y tres derrotas (EE.UU., China y Bielorrusia). Pero si se toma el puesto de preclasificación, N°26, indudablemente fue un retroceso, o una labor por debajo de las expectativas. Sobresalió Mareco, seguido por Pérez Ponsa y Pichot. Peralta y Flores, ambos con rendimiento irregular.
“A la hora del balance creo que el resultado es positivo, sólo perdimos con EE. UU. y China, dos potencias, y un duelo con Bielorrusia. Nos tocaron 31 grandes maestros en 44 partidas, y si bien terminamos más abajo que en la olimpíada de Tromso en 2014, no me queda claro que ahora hayamos jugado peor”, dijo Pérez Ponsa, tras recibir los abrazos de sus compañeros felicitándolo por la actuación con la que selló la victoria sobre Islandia. Luego, más tranquilo se autoevaluó. “En lo personal me voy conforme; empecé más o menos pero termine con 2,5 sobre 3 posibles en las tres últimas ruedas, y subiendo mi Elo. La partida de hoy estuvo entre las que más me gustaron que jugué en esta olimpíada”, cerró el representante de Obras.
Entre las sorpresas que arrojó la tabla final de posiciones, sobresalen el 5° puesto, de Noruega (con Magnus Carlsen), 6° lugar para Turquía, 10°, Perú, convirtiéndose así en el mejor de Sudamérica, 11°, Canadá (con Anton Kovalyov que jugó para la Argentina en 2008), y 19°, Paraguay y 23°, Brasil.
En tanto en la competencia femenina, la medalla dorada le correspondió a la delegación China, con la campeona mundial, Hou Yifán a la cabeza del grupo. Las ganadoras, con 20 puntos, sacaron una de ventaja de tres puntos sobre las escoltas, Polonia y Ucrania, con 17.
El caso de las maestras argentinas es similar a la de sus pares varones; ganaron ante los rivales que tenían que ganar, empataron con los que correspondía y pierdo con los que eran superiores. Las maestras ganaron 5 encuentros, empataron tres (Italia, Bulgaria e Irán) y perdieron tres (Alemania, Georgia y Serbia). Preclasificadas N°26 finalizaron 36ª, con 13 puntos.
Ayer, en la 11ª rueda las chicas perdieron frente a Serbia. La joven Ayelén Martínez le dio la única victoria al equipo, ya que luego, empató Carolina Luján y cayeron, Marisa Zuriel y Florencia Fernández.
“Fue un golpe duro perder el último match; de haberlo ganado tal vez ahora estaríamos hablando de una actuación histórica de la Argentina, por encima de cualquier otra de los últimos 25 años, pero no pudo ser. Estábamos ilusionadas, tal vez nos merecíamos una mejor posición final en la tabla, pero estas cosas suelen suceder en las competencias”, contó Denise Carraro, la representante de Obras en el equipo femenino que ayer no actuó. Sobre su balance personal, dijo: “Me llevo el recuerdo de mi victoria en el 4° tablero en el match con Turquía, un rival superior al que pudimos vencer. Esa es mi experiencia positiva aunque no haya podido jugar tantas ruedas y aporté 3,5 puntos sobre 5 posibles”.
Más tarde con la presencia de autoridades del gobierno de Azerbaiyán, sumado al Comité Ejecutivo de la FIDE, se llevó a cabo la ceremonia de clausura en el Stadium Arena. En el cierre, el ministro de deportes local le hizo entrega de la bandera de la FIDE a su similar de Georgia, dado que Batumi, en 2018, será la próxima sede de esta competencia.