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Ajedrez

Los beneficios del ajedrez II

Camboriú 2005, ronda ocho del Campeonato Panamericano SUB 12. Tras seis horas de juego, Sebastián Iermito empataría con el brasilero Marcelo Bambino la partida más larga de su carrera. Cinco años antes, sus padres se encontraban preocupados porque “Sebi” no se podía quedar quieto, no conseguía estar ni un minuto sin hacer algo.

“Un día lo llevé al pediatra y me recomendó que lo anote en algún lugar para que aprenda ajedrez, que eso lo iba a serenar”, recuerda Silvia, la mamá de Sebastián Iermito. A los seis años, en el club Drysdale, el profesor Maximiliano Ginzburg le enseñó los movimientos básicos y la esencia del juego-ciencia.

Iermito, campeón de la Liga Nacional con Obras en 2013 y 2015, hoy tiene 22 años y es Maestro Internacional de Ajedrez y rankeado número 12° en el país. “Con el ajedrez logré principalmente mayor tranquilidad, concentración, rapidez mental y facilidad para las matemáticas”, comenta el estudiante en la UBA de la carrera de Contador.

“Además de eso, hice muchas amistades durante mi carrera y pude conocer gracias al juego diferentes lugares del mundo, agrega Sebastián, ex representante argentino en competencias mundiales y panamericanas infantiles.

Otras historias aurinegras:

Alex Cuevas (Maestro Fide de ajedrez, 25 años): “Comencé a jugar a los 6 años, me enseñó mi papá. Luego me llevaron al Club Argentino de Ajedrez y ahí aprendí a mover bien las piezas, me fui enganchando de a poco. Los beneficios que obtuve fue a la hora de tomar decisiones: razono mejor, pienso dos veces las cosas, tengo más confianza en ciertos aspectos de la vida. También me ayudó para lo que son los cálculos matemáticos, siempre tuve facilidad con los números.

Mario Villanueva (Maestro Internacional de ajedrez, 31 años): “Descubrí el juego a los 9 años, pero hasta los 14 que empecé a practicarlo en el taller de la escuela, mucho no había jugado. Ese año, el profesor del taller invitó al GM Fernando Peralta a dar una simultánea. Luego de jugar contra nosotros, a algunos nos recomendó que vayamos a un club para practicarlo con mayor profundidad. El ajedrez me atrapó desde la primera vez, en el momento que me enganché ya supe que era para toda la vida, fue como un amor a primera vista. Me hizo una persona más feliz, antes de jugar era muy inseguro y me ayudó en la toma de decisiones y a valorarme a mi mismo”.

Maisa Nejanky (Campeona de la Liga Nacional Femenina 2014 con Obras, 31 años): “A los 7 años mi hermano me enseñó a jugar y a los 9 años comencé a ir a un club. Después me empezó a gustar e ir mejor y tuve un profesor particular a los 11. El ajedrez me ha dado un círculo de amigos muy importante y con los cuales sigo en contacto desde muy chica. También me ayudó en el hecho de no ser impulsiva, evaluar muchas cosas y pensar antes de actuar.

Jacques Blit (Maestro Internacional de Ajedrez, 25 años): “Aprendí en la escuela a los 9 años, cuando estaba en cuarto grado. Hasta ese momento no sabía que existía el ajedrez, increíblemente fui yo después quien les enseñó a mis padres a jugar. Gané el torneo interno de cuarto grado y eso me motivó a seguir jugando y aprendiendo, después fui al club Torre Blanca. El juego me ayudó en muchos aspectos, a ordenarme, a ser responsable con algunas cosas, a incrementar mi capacidad de memorización. Pienso que me abrió la cabeza”.

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